El presidente Donald Trump, quien ha tenido que recular con el incremento de los aranceles a las importaciones, ha sumado otros duros reveses con el veto a las deportaciones y el rechazo de congresistas republicanos a su plan de bajar los impuestos.

El Tribunal Supremo lo desautorizó a ampararse en una ley de guerra de 1798 para repatriar a venezolanos, en tanto que legisladores de su propio partido han anunciado que bloquearán cualquier proyecto para bajar impuestos.

Con la Justicia el mandatario ha perdido varias batallas, pero la intervención del Tribunal Supremo complican más sus decisiones administrativas.

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La oposición de legisladores de su partido que se oponen al proyecto para reducir la carga impositiva lo colocan todavía más contra las cuerdas.

Tras la flexibilización de sus medidas arancelarias puede anticiparse que Trump evitará crear una tormenta con una confrontación con el Poder Judicial.

Menos en el momento en que legisladores de su propio partido parece que han roto con su línea para mejorar la economía. Con las mismas deportaciones son muchos los republicanos que han expresado su desacuerdo. Los reveses son contundentes.