Roosevelt Comarazamy Medina, considerado como el mejor cronista deportivo del país y quien falleció el lunes en la tarde, recibió una gran manifestación de amistad y reconocimiento a su vasto legado en varias áreas del saber.
Hubo lágrimas, abrazos, anécdotas y las condolencias a sus familiares que han agradecido la solidaridad de cientos de amigos que hizo Roosevelt en su dilatada carrera profesional.
Desde ayer al mediodía asistieron a la funeraria Blandino de la Abraham Lincoln, viejos amigos, atletas, técnicos deportivos, empresarios, militares de diferentes rangos y funcionarios de alto nivel del gobierno y las lágrimas brotaban de quienes fueron a dar el último adiós al abogado, profesor, narrador deportivo, periodista y conocedor de la mayoría de las disciplinas deportivas, como nadie en el país.
Increíble
Era inevitable que en las conversaciones, diferentes personalidades destacaran la gran capacidad que tenía Roosevelt para describir grandes acontecimientos del deporte al igual que en las narraciones, en especial, béisbol, baloncesto, voleibol y automovilismo y la maestría con que entrevistó a atletas del nivel de Ayrton Senna, Alain Prost, Juan Marichal, Schumacher y Willie Mays.
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Les recuerdo que cuando el astro del baloncesto, Kareen Abdul Jabbar visitó la República Dominicana, Roosevelt fue su edecán, y la ex superestrella de la NBA se impresionó de los conocimientos del dominicano.
Era sin lugar a dudas, un maestro que asimiló las enseñanzas del gran Buck Canel, así como de Félix Acosta Núnez.
Ayudó a muchos jóvenes y los aconsejó para que fueran buenos profesionales.
La verdad es que y resulta increíble la manera como Comarazamy podía tener un dominio de tantas disciplinas deportivas y conocer a los atletas y mencionarlos por sus nombres cuando estaba narrando o comentando un partido.
No importa, reitero, el deporte que fuera. Claro, sabemos que era un incansable lector y un estudioso de los deportes que narraba. Ya habrá tiempo para contarles muchas vivencias de Roosevelt.
Roosevelt amaba su profesión y le gustaba enseñar.
Los familiares de Roosevelt deben estar orgullosos de ese amor, solidaridad y aprecio que mostraron cientos de ciudadanos de diferentes clases sociales.
Despedimos con mucha tristeza a un gran ser humano: Solidario, honesto, capaz, fiel, íntegro, honrado, amigo de los amigos, y sobre todo, con una gran dignidad.
Buen viaje mi hermano. Usted fue un triunfador y Dios lo sabe.