Mayo es para pensar en la salud de las mujeres y las niñas, porque, gozar de una salud integral a lo largo de la vida es un derecho humano universal consagrado por el Sistema Internacional de Derechos Humanos.

La tarea, es visibilizar más los graves problemas de salud que sufren millones de mujeres en la región, por pobreza, violencia, guerras, desplazamientos, discriminación, exclusión social sexista, por raza, religión u orientación sexual.
Se celebra desde 1987, cada 28 de mayo, El Día Internacional de la Salud para las Mujeres, a iniciativa de la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, (RSMAC).

Como dice la Campaña Permanente por la salud integral y los DDSS y DDRR de mujeres y niñas, “la salud integral, no es solo un hecho biológico, sino que responde más bien a factores biopsicosociales, y depende del lugar que las mujeres ocupan en la sociedad, de su capacidad de acceder a los recursos materiales y simbólicos para vivir una vida digna, con igualdad de oportunidades, exenta de violencias. Una vida en la cual la sexualidad y la reproducción se ejerzan desde la autonomía y la libertad”.

En nuestro país, eso no se practica. Desde el Estado se ignoran los derechos de las dominicanas y el cruce de discriminaciones, violencias y exclusiones, nos aleja aleja cada día del goce de los derechos humanos consagrados, en especial, del derecho a la salud integral y los derechos sexuales y reproductivos.

En este mes hemos reconocido, por las declaraciones de una persona imputada en el juicio seguido a las personas encartadas en la llamada Operación Coral, hechos alarmantes de corrupción en la administración de los recursos del pueblo dominicano.

Muchas cosas, eran ya sabidas, o al menos sospechadas, pero cuando oímos las declaraciones, en la crudeza del relato, los nombres, los lugares y situaciones, la rabia inundó a la gente.

A nosotras, las dominicanas, mujeres de todas las edades, la mayoría pobres, nos ha dolido el doble. Tantas cosas nos ha negado el Estado dominicano, por años, dejándonos morir por falta de voluntad política, por misoginia, machismo, desde un sistema totalmente corrupto y apoyado, a niñas, adolescentes y jóvenes obligadas a ser madres o morir en el intento.

A mujeres adultas y a adultas mayores, a morir por falta de salud integral. A todas, por aplicarnos reglas religiosas desde la ley, y así, quitarnos la autonomía de nuestros cuerpos.

¡Este mes de mayo es para reflexionar sobre cuánto nos debe el Estado, y esperamos el derecho a las tres causales!

Por: Susi Pola
susipola@gmail.com