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¡Salvemos vidas!

¡Salvemos vidas!

Juan Taveras Hernández

La República Dominicana es el primer país del mundo en accidentes de tránsito, con con miles de fallecidos todos los años, según reporta la Organización Mundial de la Salud (OMS). ¡Una barbaridad!

El director del hospital Ney Arias Lora, doctor Julio Landrón, afirma que la mayoría de las personas mueren en el lugar donde ocurre el accidente, ya sea porque el sistema 9.1.1 es deficiente y las ambulancias no llegan a tiempo o porque la aparatosidad del mismo lo impide. Muchas veces los accidentados no tienen tiempo siquiera de llegar al centro de salud. Mueren en el camino, lo cual también es, más que una barbaridad, una pena.

Del 2007 al 2022, de acuerdo a la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), un total de 27 mil 608 personas murieron en accidente de tránsito, eso es, mil 840.5 por año, convirtiéndose así en la primera causa de muertos del país. En el 2021 los accidentes en el transporte mataron más persona que la pandemia del Coronavirus. En los últimos cinco años murieron mas de diez mil ciudadanos.

Aunque el país no cuenta con un estimado oficial, o estadística, del costo de los accidentes de tránsito por encontrarse dispersos entre las entidades del sector, se estima que es muy alto, casi insostenible, no solo por el número de fallecidos, sino de lesionados, que tardan en recuperarse o que mueren durante el proceso de recuperación.

Es por eso que debemos hablar de un subregistro, porque en definitiva, a ciencia cierta, nadie sabe cuántos dominicanos y dominicanas mueren todos los años en accidentes de tránsito.

Durante los periodos de asueto, sobre todo en Semana Santa y en las festividades de la Navidad, el número de accidentes se incrementa junto con el numero de fallecidos, a pesar de los operativos que siempre organiza el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) integrado por los distintos organismos de socorro del país.

En los periodos de asueto los muertos se cuentan por montones. Semana Santa es semana del diablo. Los muertos, heridos y drogados, incluyendo niños, se cuentan por montones. Durante las fiestas navideñas, igual. El romo, la droga y la velocidad, compiten en una carrera de muerte. No hay “carreteo” que lo impida. Los operativos no son funcionales para impedir las tragedias humanas. El alcohol desenfrenado, las drogas y la velocidad en las carreteras, son las responsables de los accidentes y las muertes.

Las leyes de tránsito no las respeta nadie. Las empresas distribuidoras de bebidas alcohólicas se adueñan de las carreteras sin control alguno, incluyendo los “Tráiler doble eje” que constituyen un peligro. Las calles y las carreteras del país no están concebidas para esos vehículos pesados tan grandes. No entiendo como es que las autoridades lo permiten.