Hacerle saber a los empleados y/o funcionarios públicos, el significado del término que intitula estas líneas es una obligación urgente e indeclinable del gobierno
Puede existir una diversidad de definiciones, pero en ninguna deberá faltar: “brindar servicios de utilidad a la ciudadanía”.
Destaco la palabra utilidad, porque esta implica: calidad, exactitud, oportunidad, confiabilidad, etc.
Además de brindar servicios de utilidad, el servidor público deberá exhibir honestidad, transparencia y amabilidad en el desempeño de su labor. Esos atributos agradan y satisfacen al contribuyente, mejoran la imagen del gobierno y fortalece la confianza en la administración pública.
Esos beneficios, son favorables a todos (ciudadanos, empleados y/o funcionarios públicos y al gobierno), razón por la cual, debemos colaborar todos, para que nuestro país alcance la excelencia en ese importante aspecto de la vida nacional.
Lograr ese objetivo, requiere de la participación militante de los beneficiarios. Veamos: A) Al gobierno, le corresponde designar el personal idóneo para desempeñar las labores administrativas del Estado; esto empieza por un estricto sistema de selección del personal y supervisar periódicamente su desempeño, así como disponer de programas de entrenamiento y capacitación permanente. B) El ciudadano, está en el deber de ejercer con honestidad la labor de veeduría.
Es decir, observar con detenimiento, la razonabilidad del accionar de los empleados y/o funcionarios públicos, a fin de obtener los elementos de juicios necesarios para calificarlo. C) Los empleados y/o funcionarios públicos, tienen la obligación de desempeñar sus funciones apegados a la ética y con transparencia, así colaboran a la lucha contra la corrupción y se hacen dignos merecedores de la posición que ocupen, al tiempo de que enaltece su honra y la de su familia.
Ojalá que, en algún momento de la existencia de nuestro bello país, todo esto llegue a ser realidad. Esperemos…
Por: Pablo del Rosario
pablodel@gmail.com