El tratado de libre comercio DR Cafta firmado entre enero del 2003 y enero del 2004 por Estados Unidos, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y El Salvador, que luego se incorporó nuestro país en julio del 2004, es una alianza que indiscutiblemente repercute en el desarrollo de nuestras naciones.

Pero este importante acuerdo fue inadvertido por el actual canciller Roberto Álvarez en su participación en un conversatorio en Estados Unidos, y ni por cortesía el ministro de Relaciones Exteriores mencionó el convenio rubricado por la mayoría de países centroamericanos y la República Dominicana. Cualquiera que fuera el motivo para pasar por alto el pacto económico es un garrafal error que nos coloca en desventaja ante las demás naciones.

Álvarez, en un ninguneo al DR cafta,”… centró su participación en la deslocalización cercana (nearshoring, en inglés) y afirmó que los países de la Alianza para el Desarrollo tienen mucho que ofrecer a Estados Unidos”. Esto pasa a ser un preocupante Desliz, pues esta situación de las cadenas de suministros globales (que es lo que realmente es el “nearshoring”), no tienen la actual lógica por caprichos de las grandes empresas.

Para que se tenga una idea, recientemente 15 países de Asia y Oceanía firmaron el RCEP, indiscutiblemente la mayor asociación comercial del planeta, la cual envuelve 2100 millones de personas y el 30 por ciento del PIB mundial. ¿Van las empresas estadounidenses establecidas en Asia a alejarse de lo que rodea a esa realidad económica? Pues claro que no.

Pero lo lamentable de la desaprovechada oportunidad del canciller que en todos los escenarios no parece estar en sintonía con nuestros intereses es que el espacio pudo ser una idónea tribuna para sugerir enmiendas al DRcafta, ya que tres países que rubricaron el acuerdo estuvieron presentes en dicho encuentro. El cónclave pudo ser una excelente ocasión para ir creando conciencia sobre el tratamiento arancelario tanto en lo bilateral, como en lo multilateral aspectos de lo que hay muchas quejas.