El juicio ayer de solicitud de medidas de coerción durante el cual el Ministerio Público presentó el fardo de acusación contra imputados por presunta comisión de corrupción, se erige como una aleccionadora audiencia que pone en relieve una renovada fortaleza del sistema judicial expresada también en la garantía que han tenido los imputados a refutar las imputaciones de los fiscales.

Como era de esperarse, los procuradores adjuntos solicitaron al juez Alejandro Vargas declarar la acusación como caso complejo e imponer a los prevenidos un año prisión preventiva, con excepción del excontralor general, Rafael Germosén Andújar, sobre quien pidió prisión domiciliaria e impedimento de salida.

Continuará esta tarde la maratónica audiencia preliminar contra Juan Alexis Medina Sánchez, Carmen Magalys Medina Sánchez, Francisco Pagán Rodríguez, Lorenzo Wilfredo Hidalgo Núñez, Rafael Germosén Andújar, Fernando Rosa Rosa, Aquiles Alejandro Christopher Sánchez, Domingo Antonio Santiago Muñoz, Julián Esteban Suriel Suazo y José Dolores Santana Carmona.

Además de los escritos acusatorios, los procuradores adjuntos, encabezados por la magistrada Yeni Berenice Reynoso, salieron a relucir en el tribunal imputaciones sobre lavado de dinero y expatriación clandestina de capitales hacia Centroamérica, además de la supuesta instalación de un sistema de vigilancia en la Procuraduría General de la República por parte de Juan Alexis Medina.

Las barras de defensa de los imputados refutaron durante horas las acusaciones del Ministerio Público, por lo que puede decirse que la confrontación jurídica y forense fue intensa y en cierta medida ilustrativa para una sociedad que sigue muy de cerca ese caso.

Se resalta la admisión del excontralor Germosén, de que aprobó una solicitud del exministro de Salud, Hidalgo Núñez, para otorgar una dispensa a contratos que no cumplían con el requisito de ley de su publicación obligatoria en un diario de circulación nacional.

Durante 14 horas, el juez Vargas dirigió los debates con mucho apego a los procedimientos y mantuvo un activo rol de componedor entre las partes, al intentar concederles igualdad de participación tanto al Ministerio Público como a la defensa.

Esa audiencia, cuyas incidencias fueron transmitidas por televisión, ha despertado la atención de una población que esta vez aspira a que no se reediten circos ni espectáculos, sino que la majestad de la justicia prevalezca en todo momento a la par con la preservación de los derechos y de la dignidad personal de los imputados, sin favor ni temor.