En las naciones donde impera ley y orden, la venta y consumo de bebidas alcohólicas están regulados por normativas sobre lugares y horarios de venta e ingesta, que incluye absoluta prohibición a menores de 18 años a consumir ese tipo de bebida, pero aquí es normal ver a un adolescente emborracharse en improvisados bares sobre aceras y contenes y luego conducir un vehículo.
Se supone que la ley prohíbe a establecimientos comerciales o de diversión vender cualquier tipo de producto etílico o cigarrillos a los menores y mucho menos permitir que lo ingieran o lo fumen dentro o frente a sus negocios, pero cada noche cientos de jóvenes se congregan en centros cerveceros o mentados drinks store para dedicarse a la ingesta de bebidas embriagantes.
En Estados Unidos, Costa Rica, Panamá, España o Francia ningún ciudadano se atreve a destapar una botella de alcohol dentro de un vehículo estacionado o en marcha, porque están conscientes de que serían detenidos, multados e incluso se le confiscaría el vehículo, pero en esta tierra de primacías la moda es convertir el interior del automóvil o yipeta en carro-bar y discoteca rodante.
Son tétricas las estadísticas sobre alcoholismo juvenil, que es la antesala hacia la adicción de drogas narcóticas, pero lo peor es que Policía y Ministerio Público nada hacen para al menos aplicar la ley sobre regulación de expendio y consumo de bebidas alcohólicas, que ha sido también una vía expedida para la inserción del menor en el ámbito de la delincuencia.
Lo que se reclama es que el Congreso vote una ley que acentúe la prohibición al expendio y consumo de bebidas en las vías públicas o dentro de vehículos, que se apliquen multas por varios salarios mínimos a los propietarios de negocios que vendan alcohol o cigarrillos a menores, antes de que esta sea una República de alcohólicos y drogadictos.
Nos vigilan
El diario británico The Guardian ha revelado que Estados Unidos pagó millones de dólares en indemnización a los emporios de la Internet para cubrir sus costos por su participación en el programa de espionaje masivo puesto en marcha por su Agencia Nacional de Seguridad (NSA), con lo que la invasión a la intimidad camina a convertirse en un gran negocio.
A pesar de que las autoridades británicas se incautaron miles de documentos confidenciales en manos de un compañero sentimental del periodista brasileño encargado de divulgar los papeles del ex agente de la CIA Edward Snowden, exiliado en Rusia, The Guardian pudo revelar los pagos secretos a Google, Yahoo, Microsoft y Facebook.
Estados Unidos, convertido en juez y fiscal del mundo se arroga el derecho de espiar a los más de seis mil millones de seres humanos inquilinos del planeta, que en lo adelante tendrán que tener cuidado con lo que dicen o dejan de decir por cualquier vía de comunicación, porque el Hermano Mayor nos vigila.
