El PLD está en una encrucijada sobre el hackeo que dijo efectuó en los equipos electrónicos de la JCE tras el desmentido del presidente del tribunal en tal sentido.

El delegado Tommy Galán tendrá que probar que los equipos de la JCE son tan vulnerables que técnicos de su partido los manipularon sin mayor inconveniente.

De lo contrario Galán y quienes lo acompañaron en la denuncia quedarían muy mal parados ante la opinión pública.

El titular de la JCE, Román Jáquez, fue categórico al afirmar que “nadie ha hackeado nada”, al tiempo de aclarar que se subsanaron las fallas detectadas en los equipos electrónicos.

En las pruebas que se efectuaron se registraron fallas en el escaneo y transmisión de los resultados.

Jáquez aclaró que fue parte de la prueba estresar el sistema y dejar el wifi de la impresora encendido. Aunque se duda que el PLD pueda retractarse de su denuncia sobre la supuesta vulnerabilidad de los equipos electrónicos, de no presentar pruebas tendrá entonces que medir mejor sus afirmaciones.

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Sorprende que un señalamiento tan comprometedor no haya encontrado eco ni siquiera en la propia oposición.

Tal parece, a menos que se demuestre lo contrario, que se trató de una falsa apreciación. La impresión que se tiene es que en la organización del proceso se han tomado las debidas previsiones, las técnicas incluidas, para garantizar la mayor transparencia y evitar traumas.