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¿Sociópata?

¿Sociópata?

Ernesto Guerrero

En este país cualquier ciudadano puede ser víctima de una acusación infundada sustentada ante la justicia por abogados de prestigio y por insólita y descabellada que parezca, encontrarán jueces y fiscales que le den aquiescencia; luego mediante artificios legales, mantener viva la acusación independientemente del fallo de los jueces.

Desde años, los vecinos del residencial Isabel Villas, son víctimas de un “acoso judicial” de parte de Rodolfo Aurelio Minaya Rancier. Más de 40 familias tienen que disponer de tiempo y recursos para ir a defenderse a los tribunales, unos por estar siendo despojados de sus propiedades, otros por actuar acorde a los reglamentos del Ayuntamiento del Distrito.

Para nuestra desgracia, la Justicia  además de ser no vidente, tiene forúnculos en la Fiscalía  y la Primera Cámara, que necesitan ser extirpados.

Allí se admiten y se readmiten querellas irracionales, producto de una mente seriamente trastornada, que se satisface con acosar y perseguir principalmente a mujeres. Se rumora que hasta su propia esposa fue demandada.

Cuando hay muchas demandas en curso y presentadas en serie, no alcanzan los abogados para responder a la defensa; en ocasiones se hacen notificaciones al aire y/o llamados a declarar ante un fiscal, con solo un día de anticipación. Cuando ganas un caso, vuelve y lo reintroduce y en ese trajín transcurren años.

Todos los vecinos participan en la búsqueda de la solución. Sin embargo, algunos pocos productos del terror establecido, se mantienen todavía indiferentes. El Ayuntamiento  también se ha hecho “el sueco” rehusando defender en tribunales a empleados suyos y vecinos que solo resguardan la ley 176-07.

La prensa escita y programas de investigación en televisión, declinan abordar el tema por temor a ser demandados. Pero en medio de este caos surge la figura del fiscal de la circunscripción norte: Gerinaldo Contreras, que con el apoyo de la Senadora Faride Rafúl y el respaldo de la comunidad han decidido intervenir para finiquitar el tema. 

Según sus palabras, el fiscal es objeto de  amenazas a su integridad y a su puesto. Afortunadamente no han podido amedrentarlo, hasta el punto que para satisfacción de la comunidad se ha emitido una orden de captura contra nuestro verdugo.