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Solazo

Solazo

Efraim Castillo

Pero, ¿conocía Octavio Guzmán Carretero la historia relatada por Hungría Morel? ¿La habrá investigado o alguien se la narró? Podría ser. Pero esto es pura especulación, ya que, viviendo en un pueblo como Moca, una comunidad que ha sido participante y testigo de enormes hazañas bélicas y violencia, el poeta pudo haber crecido bombardeado por un anecdotismo cargado de temas relacionados con la guerrilla, la montonera, el fusil Remington y el magnicidio.

Es más, pudo ser posible que en el mismo hogar de Guzmán Carretero existiese algún recuerdo conectado al fusil Remington, porque no es casual, sino causal, que entre los motivos evocadores del poema Remington, el poeta, por reiteración, llame al fusil norteamericano “viejo signo de patria” (versos 14, 54, 86, 96, 114 y 118) y que el mejor poema de Solazo estuviese dedicado a él.

Es posible, asimismo, que el alcance del ritmo, del frenético continuo del poemario se fundara como parte vital del proceso de comunicación y no respondiera a lo que en realidad se propuso el poeta; aunque la señalización proyectada viniera a tautologizar la construcción total del poemario. Porque, ¿qué es la patria, sino un símbolo, una relación (a veces quimérica, a veces metafórica) del establecimiento de una frontera, del albergue específico y moral de una nación? Entonces, habría que designar el sustantivo patria como un símbolo al que Guzmán Carretero ha anexado otra figura, el fusil Remington, con el fin de introducir una visualización figurativa de la violencia. Por eso, la constante imbricación del pasado al presente en el poema me remitió a los intersticios, a esos espacios en blanco que Umberto Eco (Lector in fabula, 1979) afirma que permiten al lector llenarlos y hacerse cómplice de lo leído, convirtiendo el texto en “una máquina presuposicional”:

“Cómo sembrabas… / Cómo sembrabas / en la espera de los hombres,  / en la espera de la tierra / escandalosa de hambres / y rica de Generales” (versos 21, 22, 23, 24, 25 y 26, p.25). Guzmán Carretero, dejándose llevar por los flujos y reflujos de las crisis de su evocación, confunde a menudo el sujeto y del heroísmo pasa casi al insulto: “Viejo signo de patria, / cuando pasaste sembrador de crimen / el árbol cayó muerto;  / la parcela gritó reseca y simple…” (Versos 80, 81, 82 y 83, p.27).

¿Qué significa esto? Es simple: el poeta, carente de una práctica ideológica recurre a la visualización figurativa (viejo signo de Patria) para acomodarla, ora a la esperanza (Si, viejo signo de patria / cuando partiste intimo, dominicano…), ora a la devastación (el árbol cayó muerto). Confundiendo las categorías dialécticas por la ausencia de una práctica ideológica, presente aún cuando involucra al Remington en la especificidad histórica de nuestra violencia. Sin embargo, Guzmán Carretero incluye un sujeto colectivo en El Remington y en varios de los demás poemas que construyen el poemario, donde el poeta acusa una referencialidad de dolor, hambre, desventura, e instala la denuncia social como una continuidad reflexiva.