En momentos de tanto agobio para las pequeñas economías no puede ser más sensato el aporte de 4 mil millones de dólares que anunció el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para el programa global de vacunación contra el coronavirus que impulsa la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Ante las dificultades financieras que han tenido muchos países para adquirir las vacunas, Biden aseguró que “muy rápidamente” hará un primer desembolso de 2 mil millones y los restantes en un período de dos años.

El gesto del Gobierno estadounidense debe ser imitado por otras potencias como contribución para combatir un virus que ha provocado más de dos millones de muertes y daños incalculables a las actividades productivas.

El momento no es más para que las potencias se atrincheren, sino para que contribuyan a erradicar la plaga que azota el planeta