El tiempo no tardó en confirmar que el incremento salarial y otros beneficios otorgados a la Policía, además de vehículos y equipos, no era todo para garantizar el orden y reducir la criminalidad y la ola delictiva que hoy arropan el territorio.

Las estadísticas del director de la Policía, Edward Sánchez, sobre una supuesta disminución de la delincuencia en 24% al menos no se corresponden con la percepción.

El presidente Luis Abinader anunció la incorporación de otros 5 mil agentes para el patrullaje, pero pueden ser todavía más si, como sugirió la senadora Ginette Bournigal, se integran al cuerpo todos los agentes que prestan servidores particulares, que solo cobran en la institución.

En lo que se implementa la reforma que se discute, la Policía debe también ser sometida a un exhaustivo saneamiento para eliminar las malas acciones que se atribuyen a sus miembros.