Una maraña de alambres del tendido eléctrico, el servicio telefónico y de televisión por cable arrabaliza la mayoría de las calles de la Zona Colonial y provocan una gran contaminación visual que contribuye a desvalorizar uno de los atractivos turísticos más importantes de la capital.
La situación se complementa con la gran cantidad de postes del tendido eléctrico dañados, a punto de desplomarse y provocar daños físicos y materiales a los vecinos del lugar.
Ese desorden de cables traslada a los visitantes de la Zona Colonial a cualquier barrio de la parte alta de la ciudad de Santo Domingo, donde sus moradores hacen constantes y peligrosas conexiones ilegales de electricidad.
Los vecinos reclaman con insistencia que las autoridades del Ayuntamiento del Distrito Nacional, el Ministerio de Cultura y las empresas involucradas en el problema busquen una solución inmediata.
Algunas personas confrontan inconvenientes para entrar y salir de sus viviendas o negocios, porque los cables ocupan las puertas de entrada.
Pero además, los vecinos temen que, en cualquier momento, una persona haga contacto con un cable de alta tensión o se produzca un siniestro de consecuencias incalculables.
El Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN) reconoce la magnitud y las implicaciones del problema y afirma que trabaja en busca de una solución.
Xiomara Espaillat, directora ejecutiva del proyecto de recuperación y revitalización del centro histórico de Santo Domingo, considera que la solución más viable es soterrar los cables de las empresas involucradas.
Estamos levantando toda la información y haciendo las coordinaciones necesarias para proceder, indicó la funcionaria del ADN.
Ramón Grullón, gerente de comunicaciones Estratégicas de Edeeste, afirmó que el 60 por ciento de las redes de distribución de electricidad en la zona de influencia de esa empresa son obsoletas.
Afirmó que sustituir las líneas eléctricas dañadas implica una inversión superior a los 300 millones de dólares.
Indicó que, en lo inmediato, Edeeste contempla rehabilitar 16 circuitos de los 131 bajo su responsabilidad, con una inversión de US$33 millones, provenientes del Banco Mundial.
Dentro de ese plan, en una primera etapa, serán rehabilitadas las redes de unos seis barrios que pertenecían al Programa de Reducción de Apagones (PRA), con una inversión de US$8.5 millones, con fondos del Ministerio de Hacienda.
Grullón recordó que que la vida útil de los accesorios usados en las redes de distribución oscila entre 25 y 30 años, pero que las actuales tienen 60.