Los incidentes protagonizados por la fanaticada en los estadios justifican el refuerzo de la seguridad en las instalaciones dispuestas por la Liga Dominicana de Béisbol (Lidom).
La decisión no contribuye solo a evitar confrontaciones, sino daños a la propiedad pública y privada, así como otros desmanes.
En la medida que el denominado Round Robin avanza hacia su etapa final más crecen las tensiones hasta entre los seguidores de los propios equipos.
Hay que prevenir trifulcas como las protagonizadas en el estadio Quisqueya durante dos días seguidos por fanáticos del Licey y del Escogido.
En los torneos se ha visto de todo, como una vez en que fanáticos de las Águilas mataron varios gatos tras derrotar al Licey para coronarse campeones de la contienda.
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El dominicano no es un aficionado pasivo del béisbol criollo, sino que vocea, discute y se va a los puños con cualquiera en medio del calor por el resultado de un partido. Y hasta por comentarios sobre el bajo rendimiento de un jugador.
Como cualquier simpleza es suficiente para excitar los ánimos, entonces reforzar la seguridad en la actual etapa del torneo era más que necesario.
