La muerte de siete personas ayer al precipitarse a tierra un helicóptero en Puerto Plata y desplomarse un edificio en construcción en Santiago, son tragedias que enlutan a la sociedad dominicana, severamente impactada por esos sucesos luctuosos.
En empresario Heriberto Medrano, propietario de Telecable Central, en La Vega; Martín Vargas, gerente de esa empresa y el piloto Jesús Méndez Cuervo, fallecieron al caer la aeronave en una zona del municipio de Montellano.
Las autoridades reportaron la muerte de cuatro obreros que quedaron atrapados bajo los escombros donde se construye un hotel en el área monumental de Santiago, donde otras dos personas sufrieron heridas de consideración.
Ha trascendido que el piloto Méndez Cuervo informó a la torre de control de la terminal Gregorio Luperón que el motor del helicóptero se había incendiado, tras lo cual el aparato se precipito a tierra, cuyo plan de vuelo se había originado en el aeropuerto La Isabela con parada en La Vega y destino hacia Puerto Plata.
Se dijo también que el fatídico vuelo fue el primero de ese helicóptero después que había sido objeto de reparación y posterior adquisición por el grupo empresarial Medrano.
Compete al Instituto de Aviación Civil (Idac) y a la Junta Aeronáutica, así como a la Fuerza Aérea investigar las causas que provocaron ese accidente que ha causado gran pesar en la colectividad nacional.
Es difícil poder entender el derrumbe en una excavación para la construcción de un edificio, que causó la muerto de al menos cuatro obreros que quedaron sepultados, por lo que se pide al Ministerio de Obras Públicas realizar una exhaustiva investigación a los fines de establecer si hubo negligencia o incumplimiento de alguna norma de construcción.
Ambas tragedias acongojan a la sociedad que pierde a siete de sus hijos en dos terribles accidentes, cuyas causas deben ser precisadas por las autoridades a través de exhaustivas investigaciones. Los votos de pesar y de consuelo se dirigen hoy hacia las familias de las víctimas.
