Santo Domingo. Los primeros días en casa talvez fueron tranquilos. Compartir más en familia, retomar cocinar más despacio, conversar con nuestros hijos, establecer un horario para poner cosas del trabajo al día, dormir siestas y tener tiempo de sobra para ver buenas series en Netflix.
Pero después de una semana, aumenta la preocupación, sentimos nostalgia de cuando salíamos libremente al cine o a cenar, a reuniones de amigos o a visitar familiares y los abrazábamos bien fuerte.
Como si de eso hicieran cinco años, pensamos: ¡Qué tiempos aquellos!
Así damos los primeros pasos para llegar a la desesperación y sentir esa incómoda y falsa sensación de que todo acaba y no sabemos que hacer para evitarlo. “Es un gran cambio en las rutinas y vivimos el riesgo que representa esta situación de emergencia”, analiza la psicóloga Perla Navarro, del Grupo Profesional Psicológicamente.
La profesional aporta unos breves consejos, que pueden ser la clave para que pase lo que pase, no desesperemos:
-Planificar los días. Armar una nueva rutina tratando de mantener aquellas cosas de la rutina acostumbrada que podemos continuar haciendo en casa, como: hacer el desayuno, ducharnos en la mañana desde que despertamos, hacer unas llamadas a seres queridos, etc. Además, incorporar otras actividades que en nuestro día a día normal no podemos hacer (por falta de tiempo, espacio o por el cansancio). Aprovechar estos días para cosas pendientes dentro de nuestros hogares y compartir con nuestra familia.
-Mantener el contacto social haciendo uso de las herramientas tecnológicas a nuestro alcance. Es importante mantenernos unidos: llamar a nuestros familiares por teléfono o hacer videollamadas. Esa conexión humana nos da más seguridad, pues tenemos el soporte emocional de nuestros seres queridos.
-Mantenernos activos física y mentalmente. Hacer alguna rutina de ejercicios en casa y juegos en que mantengamos nuestra mente ejercitada.
-Evitar la sobre información y las noticias falsas. Es importante estar al tanto de la situación, pero a veces leemos tantas cosas y escuchamos tantas fuentes que puede volverse abrumador. Es importante sólo ver y escuchar lo necesario, y bloquear aquello que no contribuye.
-Sentir nuestras emociones y expresarlas. Solo cuando las dejamos salir, podemos sentirnos más desahogados y tranquilos.
-Cuando sentimos que empieza a elevarse la ansiedad, es útil poner en práctica alguna estrategia que nos permita regular nuestro estado emocional. Algunas son: ejercicios de respiración profunda o diafragmática, ejercicios de atención plena (mindfulness). Hay muchas guías disponibles de estos dos tipos de ejercicios y pueden hacerse en poco tiempo.
-Tener en cuenta que hay muchos profesionales de salud mental dando soporte a aquellas personas que esta situación les esté afectando significativamente, ya sea por el aislamiento o porque se encuentran laborando en una situación crítica que demanda un gran esfuerzo físico y emocional.
Un apunte
Otras cosas que ayudan son:
Tomar una ducha, hacer ejercicios o alguna actividad física, tomar un vaso de agua, hacer cosas que nos brinden placer: ver una buena película, hacer una lectura, pintar, bailar, etc
