Las esperanzas que había con la organización del tránsito, aunque muy tenues, acaban de diluirse con la suspensión temporal por supuestas irregularidades del contrato para la instalación de semáforos inteligentes.

No era que se vislumbraba una solución de la noche a la mañana ni siquiera a los infernales tapones, pero fue tanta la expectativa que se creó con el proyecto que era dable pensar en una salida aunque fuera a largo plazo.

La Dirección de Compras y Contrataciones Públicas tomó la decisión tras verificar algunas de las irregularidades que se alegaron en la licitación por más de 1,300 millones de pesos para la modernización del tránsito.

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En primer lugar se determinó que la empresa Latam no tenía 19 años de experiencia, sino que conforme al registro mercantil se había creado en 2022. En sus evaluaciones Contrataciones Públicas va más lejos al determinar que la empresa Transcore Latam se había constituido un día después de que el Intrant convocara a la licitación del proyecto.

Por su gravedad y las suspicacias a que se prestan, los señalamientos para suspender el contrato ameritan, más que un simple análisis, de una exhaustiva investigación.

Sin adelantar juicio alguno parece que el Intrant no evaluó con el rigor que ameritaba el historial y la propuesta de la compañía beneficiada con el millonario contrato para modernizar el sistema de tránsito.