Por más cierto que sea que nunca la noche es más oscura que cuando va a amanecer, no por ello deja de dar grima el incremento de las tensiones alrededor de la invasión de Rusia a Ucrania.

La OTAN, con Estados Unidos a la cabeza, subió el pulso al considerar que Rusia es una amenaza y China un desafío. Occidente no se anduvo con reparos al enfrentar a las dos superpotencias, lo que significa que está dispuesto a todo para preservar la seguridad del planeta.

“La guerra de Rusia en Ucrania ha hecho añicos la paz en Europa” dijo la OTAN, al tiempo de dejar de considerar a Rusia como un socio estratégico. China, a pesar de su cercanía con Vladimir Putin, había sido mantenida siempre al margen, pero en la cumbre de la alianza en Madrid se le mencionó como un desafío.

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La declaración, que Rusia ha rechazado, significa más armas y recursos para Ucrania en la defensa de su territorio. Putin respondió a la OTAN que su misión en el país vecino no ha concluido, en tanto se ha informado de las muertes de civiles ucranianos por ataques militares de Rusia.

Con las acusaciones de la Alianza Atlántica contra Rusia y China el pulso se ha tensado y las consecuencias se ignoran, por lo menos en el corto plazo. Además de miles de muertos la guerra ha disparado la inseguridad y la crisis económica en todos los confines del planeta.