Una jueza federal fijó fecha para la apertura de juicio contra el expresidente Donald Trump por 38 cargos criminales, mientras que Hunter Biden, hijo del presidente Joe Biden, ha sido imputado de posesión ilegal de armas por no pagar sus impuestos.

Así opera la justicia de Estados Unidos. Por más resabios o pataleos, Trump tendrá que comparecer ante un tribunal federal en Florida para ser juzgado por ocultar documentos confidenciales que com prometen la seguridad del Estado, mientras Hunter se declara culpable de dos de los cargos que le imputa la fiscalía de Delaware.

La situación judicial de un expresidente y del hijo de Biden debería servir de ejemplo en este país a funcionarios, políticos, empresarios y gente con ínfulas de influyente, sobre cómo actúa el Ministerio Público y el Orden Judicial en una nación en la cual prevalece la justicia y el imperio de la ley.

Trump ha sido acusado por pago ilegal a una dama de compañía y es investigado por su posible vínculo con el asalto al Capitolio de Washington, en tanto que el hijo de Biden tuvo que declararse culpable de tres delitos.

No importa la jerarquía política, social o económica que invoque un individuo en conflicto con la justicia estadounidense porque será enjuiciado como si fuera un hijo de vecino, aunque los fiscales aceptan declaratoria de culpabilidad a cambio de reducción de penas.

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Gobierno, clase política, empresariado y academia gustan mucho de comparar la realidad dominicana con la de Estados Unidos, por lo que bueno sería que tomen el ejemplo de lo que ocurre en esa nación cuando se viola la ley.