Antes de la Revolución Cubana de enero de 1959, Cuba era un semillero de toda clase de apuestas, lotería, la bolita, el siló, más la proliferación de los casinos. Los principales mafiosos de la época como Meyer Lansk, Al Capone, Lucky Luciano, Santo Trafficante y otros tenían esa isla como su centro de acopio en el Caribe, “hasta que llegó el Comandante y mandó a parar”.
Pues bien, resulta que ese vicio, esa enfermedad social que afectó el pueblo cubano, al parecer las autoridades dominicanas la han trasladado a nuestro país, pues según un reportaje de un canal de televisión, en nuestro país hay unas 62 mil bancas de las cuales más de la mitad están al margen de la ley y en proyecto de legalizar 40 mil más para sumar un total de 102 mil, esto es, más de 3 mil puestos de apuesta en cada comunidad del territorio nacional.
De manera que habrá comunidades donde existan más bancas de apuestas que viviendas, y ni se diga de las escuelas, que tal vez no hallan.
Muchas bancas son mamparas para el lavado de dinero de la corrupción y el narco
Por el camino que vamos, las autoridades del Ministerio de Hacienda están convirtiendo este país en una nación habitada por ludópatas y todo por el interés del impuesto de 4 a 5 mil pesos mensuales que paga cada banca al fisco.
Ese es un vicio que afecta considerablemente, no solamente el bolsillo de los ciudadanos, sino, peor aún, la salud, pues cuando una persona pierde su dinero eso le trastorna su ritmo de vida, su estado anímico cambia de tal manera que lo puede llevar a un estado depresivo y llevarlo al suicidio como ha ocurrido en múltiples ocasiones.
En esos centros de juego el dominicano gasta diariamente en promedio unos 450 millones de pesos diarios y sin embargo oímos con frecuencia a comerciantes decir que “ las ventas” de X cosas están flojas porque no hay circulante ( oh! , y si las bancas han succionado el circulante).
El Ministerio de Hacienda debe abocarse a la administración financiera del Estado sin promover la proliferación del vicio, de lo que es dañino para la sociedad como son las bancas de apuestas que en la mayoría de los casos son mamparas para el lavado del dinero proveniente del narcotráfico y otras modalidades de la corrupción.
