La formación que recibimos de nuestros padres se convierte en la base de nuestros principios y valores.
Esta educación temprana es fundamental para el desarrollo de nuestra ética y moral. Sin embargo, la fuerza y arraigo de estos valores puede variar dependiendo de factores como la constancia y coherencia de los padres al impartirlos, así como la personalidad y experiencias individuales de cada hijo.
La formación parental es clave en la ética y moral de los hijos
Así lo afirma la psicóloga Carmen Virginia Rodríguez, analizando para este vespertino la debatida realidad de qué tan culpables son los padres de los errores que cometen los hijos.

“Es que no recibió formación de sus padres”, “todo viene de la casa” o “imagínate, seguro no tuvo buenos padres”, son algunas frases que se escuchan cuando un joven comete errores lamentables y cuestionados por la sociedad.
La terapeuta del Grupo Psicológicamente afirma que también hay que tomar en consideración la presión social a la que están expuestos nuestros hijos constantemente, por lo que la constancia y coherencia juegan un rol fundamental para contrarrestar esto.
Las influencias externas como pares y medios afectan los valores familiares
La sociedad juzga y cuestiona muchas cosas, pero los padres que han pasado por estas circunstancias, que en muchos de los casos se han dedicado a tratar de formar adecuadamente a sus hijos, suelen perder el sueño preguntándose: ¿Qué pasó? ¿Por qué mi hijo dejó de lado los valores que le enseñamos?
Rodríguez analiza que existen diversos aspectos de la vida cotidiana que pueden influir en que una persona se aleje de los valores inculcados por sus padres, entre ellos: la influencia de los pares, ya que las amistades y el círculo social juegan un papel crucial en la adopción o rechazo de ciertos comportamientos y valores; los medios de comunicación, pues la exposición constante a contenidos que promueven conductas contrarias a los valores familiares puede desviar a los jóvenes; los anti-valores promovidos, algunos medios hoy día y personas supuestamente influencers mandan mensajes que podrían chocar con lo enseñado, llevando a los jóvenes a cuestionar valores aprendidos.
También menciona las experiencias personales, ya que se dan situaciones de vida adversas o traumáticas que pueden llevar a cuestionar y modificar los valores previamente establecidos. Además la ambición y deseo de aceptación, pues muchas veces el deseo de éxito rápido o la necesidad de ser aceptado socialmente puede llevar a tomar decisiones que contradicen los valores aprendidos.
¿Culpables los padres?
Pero ¿Qué tan culpables son los padres? “Podemos decir que es hasta normal que los padres se sientan responsables de los errores de sus hijos, pero hay que entender que cada individuo, va a tomar sus propias decisiones y será responsable de sus acciones”.
La psicóloga explica que el rol de los padres es ofrecer orientación y guía mientras crecen, vivir dentro de esos valores (coherencia) y sobre todo, hacer que vivan las consecuencias de sus acciones, si vienen de darle una base sólida y valores coherentes. Pero, lamentablemente, los padres no controlan todas las variables externas que pueden influir en el comportamiento y accionar de sus hijos.
Dice que es cierto que muchos adultos recurren a ese aprendizaje de lo “bien hecho o no” “cuando se ven frente a una tentación de lo “no bien hecho” y pueden frenarse. Sin embargo, hay quienes han recibido buena guía, buen modelamiento de lo considerado “buenos valores” y a pesar de ello, no poder actuar en consecuencia.
Consejo a los padres
Carmen Virginia Rodríguez sugiere a los padres tener una comunicación abierta, donde se fomente un ambiente cómodo, y se puedan ventilar los errores y problemas que surjan, sin que los hijos se sientan juzgados.
“Cuando se está criando y disciplinando los hijos deben sentir un apoyo incondicional, lo que no incluye que no vivan las consecuencias de sus acciones, lo cual a su vez, no incluye castigos severos, y mucho menos físicos. Mas allá de los castigos físicos, enseñar a los hijos a vivir sus consecuencias es enseñar un valor que es la responsabilidad”.
Señala como algo importante es que los padres puedan reflexionar y ser autocompasivos, ya que no somos perfectos, y se pueden cometer errores. La formación que se recibe de los padres juega un papel crucial en la vida y decisiones de cada individuo, pero no es el único factor determinante.
La responsabilidad de los errores recae en cada cual y es fundamental que los padres aprendan a manejar la culpa y a proporcionar apoyo constante a sus hijos. Si los errores de nuestros hijos son graves y recurrentes, buscar ayuda profesional es importante para ayudar a abordar a situación de la manera más adecuada posible.