Opinión

Voces y ecos

Voces y ecos

El presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, se lanzó a la búsqueda de la reelección,  pero en las urnas encontró que  el  pueblo  tomó la decisión de prescindir de sus servicios.  Los franceses se hartaron de su  política y  lo castigaron  sufragando en su contra.

  El 51.7 por ciento de los franceses  dijo con su voto que quería un cambio de gobierno, y   señaló a Francois Hollande, candidato del Partido Socialista, para que sea el nuevo presidente de la importante nación europea.

El partido ganador, como el nuevo presidente, son  miembros de la Internacional Socialista,  organización  de la que es miembro  el Partido Revolucionario Dominicano   y por la que tanto  trabajó el  doctor José Francisco Peña Gómez, líder inmortal de los perredeístas, quien llegó a ser vicepresidente.

Tras  los resultados de la primera ronda de votaciones en Francia, en la que   Hollande – un discípulo de Francois Miterrand- resultó puntero,  Hipólito Mejía, candidato presidencial del PRD, había predicho que  el líder socialdemócrata sería el próximo mandatario galo.

El pueblo francés atesora una rica cultura democrática y política. Tan así,  que muchos pueblos han aprendido de su praxis y de sus teorías de la democracia.  En tanto, el  dominicano  está trillando su camino y  ha vivido  experiencias  que le permiten  saber lo que le conviene y lo que no.

Los franceses votaron por Hollande  en apoyo de su política  orientada  hacia la mejoría  de los más necesitados. La socialdemocracia requiere  ante todo el compromiso con la gente, sobre todo con los menos favorecidos  de la fortuna y de las oportunidades de crecimiento.

El pueblo quiere salir del Partido de la Liberación Dominicana, no sólo  porque el cambio refresca la democracia, sino por lo interminable que sería el camino cargando por otros cuatro años  la pesada cruz que  impone el PLD. El cambio se justifica hasta   con que el nuevo gobierno frene la depredación de  los bienes públicos.

Pero el  cambio conlleva más  empleos y oportunidades  para todos, seguridad ciudadana,  el tan deseado control de la delincuencia callejera y más  inversión  en salud, educación, vivienda y en la producción de alimentos. ¿Qué decir de la crisis   de la electricidad?

Como el francés, el pueblo dominicano quiere un gobierno nuevo, sensible y confiable. Que no espante a los inversionistas con las proposiciones deshonestas de los funcionarios, como viene ocurriendo. No se puede tolerar un gobierno que despilfarra recursos mientras el pueblo languidece en la orfandad.

Hollande, mimado de Miterrand, se  posesiona  el 16 de mayo  del palacio del Elíseo, en Paris. Hipólito Mejía, émulo de Peña Gómez,  será el segundo presidente socialdemócrata a elegirse en este mes de mayo.  Habrá de juramentarse el 16 de agosto. Es tiempo de cambio.

El Nacional

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