Editorial

Volcán en erupción

Volcán en erupción

El asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, perpetrado la madrugada del miércoles por un comando armado que penetró a su residencia, sorprende y consterna a una comunidad internacional que ha sido indiferente ante la dilatada crisis política, económica y social que abate a esa nación.
República Dominicana, convertida en vecino doliente de esa tragedia, aplica rápidas medidas de prevención ante la posibilidad de que la quebradiza gobernanza ceda por completo al oleaje de anarquía que se avizora en el horizonte haitiano.

En efecto, el presidente Luis Abinader dispuso el cierre inmediato de toda la frontera para el tránsito de vehículos y personas, y al Ministerio de Defensa activar el plan Gavión que ordena el reforzamiento del patrullaje en los puntos críticos fronterizos con tropas y unidades militares tácticas especializadas.

El jefe de Estado dispuso también la suspensión de los mercados binacionales, el reforzamiento con unidades élite de las fronteras marítima y área con equipos de todas las ramas militares, así como la suspensión de los viajes desde y hacia Haití por todos los aeropuertos nacionales.

Desde 2016, cuando fueron suspendidas las elecciones para elegir al sucesor del presidente Michel Martelly, Haití ingresó en una vorágine de inestabilidad política y crisis económica que se agravó con el paso de tormentas y ciclones y con la pandemia de la covid-19, sin que ese drama llamara la atención de las metrópolis.

Tan acelerado ha sido el proceso de disolución institucional que el presidente Moïse gobernó por decreto durante el último año en ausencia del Parlamento y con un Poder Judicial descabezado por el propio gobernante, por lo que literalmente Haití se convirtió en tierra de bandas armadas y pandillas.

La comunidad internacional está compelida a aunar esfuerzos para ayudar a la estabilización política, social, económica y sanitaria de Haití y colaborar en lo inmediato con las investigaciones para identificar a los autores materiales del asesinato del presidente Moïse y a sus mandantes, sin descartar ninguna hipótesis.

El presidente estadounidense Joe Biden al condenar el asesinato del mandatario haitiano dijo que “necesitamos mucha más información”, pero admite que ese suceso es una señal muy preocupante “de cómo están las cosas en Haití”, claro indicio de que sabe muy poco de lo que ocurre en esa nación, por lo que desde aquí resulta oportuno advertirle que Haití es ya un volcán en erupción.

El Nacional

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