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Voltaire Sus aportes a la humanidad

Voltaire Sus aportes a la humanidad

Francois Marie Arouet alias Voltaire (1694-1778). He ahí un emblema humano que por sí solo evoca una época, el Siglo de las luces (siglo XVIII), donde destellaron los signos anunciadores de una era en la que la monarquía absoluta (rey Louis xv) y el intransigente poder de la Iglesia, serían cuestionados por hombres preclaros, inspirados por la intrepidez de su accionar.  Voltaire no fue un pensador de salones, ni tampoco el forjador de un recetario filosófico para conocer de manera más idónea el universo.  Prefigura más bien al intelectual comprometido moderno. En 1728 viaja a Gran Bretaña y expresa su admiración por el avance constatado en materia de derechos colectivos e individuales.

Mientras ve a Francia rezagada en un sistema político obsoleto y opresivo, es testigo ocular de los frutos de la revolución aristocrática inglesa: el habeas corpus (1679) en virtud del cual nadie puede permanecer detenido sin la decisión de un juez, y la declaración de los derechos humanos de 1689.
Observa que pululan las asociaciones religiosas, como los cuáqueros, en un contexto de tolerancia. Se transforma en un anglófilo a la vez férreo e irónico. Establece un lazo explicativo sutil entre la libertad, los avances económicos de Inglaterra y la modernización de sus instituciones.
Cuando retorna a Francia dos años después será testigo de dos incidentes mayores que revelarán la rígida obsolescencia de los usos de la iglesia católica y de la justicia.
En el primero se ve embaucada una actriz de teatro, Adriana Lecouvreur, ex amante del escritor.
Fallece. El cura de la iglesia de Saint Sulpice, se opone a que se le acompañe con exequias religiosas; más aún, no autoriza su entierro en un cementerio, y sus amigos deberán, bajo el velo de la humillación, enterrarla en un solar.  El cura adujo que la vida de la actriz estaba pautada por costumbres disolutas. Voltaire aunque alejado de la iglesia católica, fue educado con los jesuitas, y ve en ese vejamen contra la desamparada ciudadana Lecouvreur una expresión de la intolerancia reinante en Francia.  El caso Calas será otro escándalo donde la intolerancia y el fanatismo se mancomunaron.

¿Qué pasó? Un comerciante de confesión protestante, por orden del parlamento de la ciudad meridional de Toulouse, es vilmente ahorcado a raíz de un veredicto grotesco. ¿Qué se le imputó? Haber envenenado a su hijo por haberse este presuntamente convertido al catolicismo.
Los jueces se dejaron presionar por turbas enardecidas y el sector más oscurantista del clero. Fue ejecutado sin pruebas, y Voltaire en un libro dedicado a ese desafuero demostró su inocencia.

Otros sangrientos ultrajes contra la libertad naciente, lo empujarán a desmontar públicamente el sistema de connivencia casi medieval entre la monarquía absoluta y una Iglesia que desconocía la expresión de las minorías religiosas y las libertades individuales.
De su militancia audaz emanará una obra cumbre, el Tratado de tolerancia (1763), en cuyas páginas germinarán algunos de los conceptos claves de la Declaración de los derechos humanos (agosto 1789) que modelarán la revolución francesa (1789) y la modernidad política, como la tolerancia y su corolario, el derecho de opinión.
Su diccionario filosófico (1764) donde maneja la ironía mordaz, es quemado por católicos franceses y protestantes de Ginebra; es además prohibido por el parlamento.

Es el primer escritor que vive holgadamente de sus obras, y pese a que su vida la dedicó a impugnar la estupidez y a solidarizarse con la desgracia humana, manifestó cierta aversión por la plebe, que a su modo de ver, era una presa fácil de la superstición y tendía a transformarse en turba intolerante.  En su gran relato filosófico Candide, desmonta con humor devastador la parafernalia del poder, en donde incluye la guerra, el sectarismo religioso, y la esclavitud.

Voltaire encarnó el individualismo hedonista naciente, fue fino seductor de bellas mujeres, y cultivó gustos gastronómicos aristocráticos.
Otro gran aporte de Voltaire a la modernidad es su acción a fin de que una religión cese de ser el paragón para juzgar a los hombres.  Para el filósofo las acciones humanas no debían ser juzgada y sancionadas a partir de una presunta ley divina, sino a partir de reglas humanas, compatibles con el pluralismo religioso, la inalienabilidad de la libertad, y lo que el escritor denomina la felicidad terrestre.

Es decir Voltaire es uno de los precursores del principio de laicidad, que modelará la política francesa en lo que atañe la relación del estado con los individuos, fuera de toda intromisión de la Iglesia. Aconsejaríamos a los lectores, sus cuentos y novelas cortas, el Tratado de tolerancia, las Cartas filosóficas. Voltaire fue también un historiador dilecto, autor del Siglo de Luis XIV.
El gran Borges dijo de él que es el más grande escritor de lengua francesa.

por: Olivier Batista Lemaire

El Nacional

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