Opinión

¿Y el director?

¿Y el director?

Cuando alguien asume un cargo público debe considerarse a sí mismo propiedad publica”. Thomas Jefferson.

En diversas instituciones nos encontramos con funcionarios que todavía no logran entender, que, lejos de ser todopoderosos y dueños de la función que ocupan, son servidores que se deben –en todo el sentido de la palabra- a la población.

Recientemente, a raíz de varios casos y solicitudes, personas que se me han acercado cuestionando la labor, arbitrariedad y discrecionalidad de la Dirección General de Migración he intentado –por todas las vías pertinentes- obtener una cita con el Director General de dicha institución sin que ningún esfuerzo haya sido fructífero.

He depositado 2 comunicaciones escritas solicitando la reunión, he hablado con 2 de sus asistentes en el despacho, he contactado otros ministros allegados sin que nadie pueda lograr que el Zeus del Olimpo migratorio –como dicen en buen dominicano- “nos haga caso”.

Paradójicamente, a quien mas le convenía recibirnos es –precisamente- a ese director, ya que antes de emitir cualquier comentario o análisis; sobre la labor que se encuentran desarrollando entendíamos pertinente consultarlo directamente para que nos manifieste los detalles de su gestión, y, así poder desmentir la percepción generalizada de que dicha institución es inoperante y que se utiliza para generar rentables negocios que favorecen la inmigración ilegal de haitianos (parturientas, enfermos y contrabandistas) pero obstaculiza la migración legal de venezolanos y colombianos que, desean venir a radicarse en el país y regularizarse.

Si me encuentro escribiendo estas líneas es porque ya he agotado todas las opciones para obtener cifras y datos de parte de la dirección general de dicha institución y así poder construir un análisis objetivo fundamentado en las preocupaciones válidas de los ciudadanos pero contrarrestada con los datos oficiales, cosa que no he podido concluir por la negativa de su director a recibirnos, obligación que no solo tiene con quien suscribe, sino con cualquier ciudadano.

El Nacional

La Voz de Todos