El Consejo Nacional de la Magistratura escogió a la licenciada Yeni Berenice Reynoso como procuradora general de la República, por un período que podría oscilar entre dos a cuatro años, acontecimiento que ha tenido buena acogida en la opinión pública, partiendo de su labor como titular de la Dirección de Persecución de la Corrupción (cuatro años y seis meses) y de las fiscalías de Santiago y del Distrito Nacional, entre otros cargos en los cuales ha sobresalido por su buena ejecutoria.
A Reynoso le tocó competir con profesionales del derecho de larga trayectoria pública y alto prestigio, como son los casos de Jorge Subero Isa, Milton Ray Guevara, Aura Celeste Fernández y Emmanuel Esquea Guerrero, pero tiene a su favor la juventud, 44 años, y el haber llevado la voz cantante en casos de corrupción que estremecieron al país, correspondientes a la gestión del expresidente Danilo Medina.
Se dice que Yeni Berenice es excelente investigando casos complejos de corrupción pública, pero lo que más resalta de sus cualidades es el valor demostrado, a pesar de su condición de mujer.
No es fácil elaborar expedientes bien sustentados, con cientos de documentos probatorios, y contar con el coraje para apresar a individuos poderosos desde el punto de vista económico, militar y político y solicitar medidas coercitivas de 18 meses de prisión, como en efecto lo hizo en la mayoría de los casos. Nada la intimidó.
Esas son las razones por las cuales esa dama ganó buena reputación, aparte de que nunca nadie ha aportado una prueba que riña con la ética durante su ejercicio profesional. Se impone que todos los sectores aprueben esa escogencia.
Y que el Gobierno ofrezca el mayor apoyo posible a la Procuraduría General de la República, desde el punto de vista económico y moral, en el marco del fortalecimiento y adecentamiento definitivo que demanda la justicia dominicana, para enfrentar y castigar con éxito la diversidad de actos delictuosos que se cometen en nuestro país.
En un país donde los gobernantes solían designar de procurador a miembros de sus organizaciones políticas, ya se puede hablar de un antes y un después desde que Miriam Germán asumió la titularidad del Ministerio Público, acompañada de Wilson Camacho y Yeni Berenice Reynoso.
El balance fue positivo, porque actuaron con independencia del Poder Ejecutivo y sancionaron delitos de corrupción pública que históricamente quedaron impunes. Algunos alegan que se conocieron pocos casos y casi todos correspondientes a un mismo litoral político.
Sería injusto obviar que se apresaron funcionarios del propio gobierno del PRM. Además, aun sean contados los ilícitos que salieron a la palestra pública, la verdad es que aquí la soga nunca había cortado por el lado grueso. Y cayeron generales, un procurador y hasta hermanos biológicos de un jefe de Estado. Ahora Yeni Berenice tiene el reto de superar la propia gestión de la cual ella misma fue parte.