Yermín Mercedes llegó sin avisar, carente de invitación, como los paracaidistas en las fiestas de alcurnia. Sencillamente se puso una ropa aparente y saltó por la pared del patio evitando cruzar por la puerta de ingreso.
Ahora, de repente, el nativo de La Romana se halla dando pasos rítmicos en medio del salón mientras el resto de los convocados le rodea y elogia sus condiciones de bailarín de primera clase.
Hablando suave y acarreando un garrote grande, al estilo de un antiguo presidente americano, el nativo de La Romana se ha colado ruidosamente en la conversación acerca de los posibles candidatos al Premio Novato del Año de la Liga Americana. Y puede llegar lejos, como dijo una vez Teddy Roosevelt.
Este domingo, Mercedes puso de manifiesto el poder de su bate al conectar un jonrón de 431 pies en la victoria 5-1 de los Medias Blancas para barrer el doble juego contra los Medias Rojas en el Fenway Park de Boston, y así emular su batazo de iguales dimensiones conectado el 14 de abril durante el No-No de Carlos Rodón contra Cleveland.
Fue el cuarto jonrón más largo conectado ayer en el calendario de las Ligas Mayores, pero no en el portafolios del bisoño de 28 años donde su cuadrangular de 421 pies del 3 de abril figura como el más corto de los cuatro que tiene registrados y aparece debajo de un monstruoso vuelacercas de 485 pies que forma parte de la historia del parque del Lado Sur de Chicago.
En los 14 partidos en que ha visto acción, el bateador designado de 5-11 y 245 libras que ha sido bautizado como “Yerminator”, suma 22 hits en 53 turnos oficiales para un promedio de .415 con 4 jonrones, 7 anotadas y 12 empujadas.
El dominicano se ha ponchado 8 veces (la misma cantidad que sus hits extra-bases) y sus 4 boletos recibidos incluyen 3 en una derrota el 11 de abril a manos de Kansas City. Su tasa media de alcanzar la base es de .456 que junto a su slugging de .717 le suma un OPS de 1.173.
Su experiencia de 10 años en las ligas menores y las oportunidades abiertas ante la ausencia de su compatriota Eloy Jiménez hasta el mes final de la temporada, le abren las posibilidades de convertirse en un dominicano más en unirse al grupo de ganadores del Premio Novato del Año que inauguró Alfredo Griffin en 1979.
La muestra es de solo 14 juegos (dos semanas en el calendario no beisbolero) pero tan impresionante para provocar sueños.
