El Grito de Capotillo, con el que en 1863 se inició la gesta restauradora, es un acontecimiento que por su trascendencia histórica hay que conmemorar en cada aniversario. Esos prohombres que henchidos de valor y patriotismo iniciaron la lucha para rescatar la independencia y la soberanía merecerán siempre el respeto y la admiración de sus compatriotas.

En principio lo más importante era recuperar la independencia que se había logrado el 27 de febrero de 1844.

En una acción que sepulta cualquier hazaña que pudiera reconocércele el general Pedro Santana anexó la todavía incipiente República a España en 1861 para supuestamente proteger el territorio de las invasiones haitianas.

Ese supuesto temor no se corresponde con el coraje que se le atribuye a un militar que había vencido a las tropas haitianas en diferentes batallas. La crisis económica y las atrocidades cometidas por las tropas españolas estimularon la chispa del patriotismo, que ya había tenido una primera expresión con la sublevación contra la anexión del general José Contreras, en Moca.

Al conmemorarse mañana martes el 159 aniversario de la gesta es justo el homenaje a Gregorio Luperón, Gaspar Polanco, Santiago Rodríguez, Benito Monción, José Antonio Salcedo (Pepillo), Ulises Francisco Espaillat y otros que con el machete y la modalidad de la guerra de guerrillas rescataron la independencia y la soberanía nacional.