Hay que tomar la palabra al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales sobre el ultimátum a los transportistas y camioneros que extraen agregados de los ríos.

Si bien resulta alentador tampoco es la primera vez que se advierte con duras consecuencias a los depredadores de las cuencas de las fuentes acuíferas.

Para regocijo de los sectores más sensatos Medio Ambiente advirtió que no permitirá que se afecten los ríos con la extracción de materiales de construcción.

“Les hemos ofrecido la oportunidad”, señaló la entidad, “de que para sacar los materiales de construcción utilicen las minas secas”.

El ministro Miguel Ceara Hatton señaló que no está dispuesto a dejar que algunos empresarios se lucren a costa de destruir los ríos.

Como no se trata de la primera ocasión en que se amenaza con aplicar la ley a los depredadores de las cuencas a las autoridades hay que tomarles la palabra, con la salvedad de que es más que tiempo de que se limiten los ecocidios de una vez y por todas.

En el proceso de depredación ni siquiera las áreas protegidas se han respetado tanto en cuanto a los ríos como en otras zonas. Tiempo es de ponerle el cascabel al gato.

Aunque esta vez no sea el caso, no es ningún secreto que la permisividad de las autoridades es uno de los ingredientes que más ha contribuido con la agonía que hoy sufren muchos ríos a causa de la extracción de agregados.