Permítame expresar a través de esta columna, que es voz de muchos, el breve mensaje para un gran dominicano recientemente fallecido, el doctor Víctor Livio Cedeño, quien fue un hombre público, incluso, director de un diario, y no merece despedirse con tanto silencio.
Víctor Livio, tu existencia en este mundo transcurrió con la humildad de tu nacimiento. Y aun sin ser comprendido por todos(as), tuviste la virtud y la dignidad de no tomar en cuenta los malentendidos. Así fue tu vivir, sin odios ni rencores y sin prejuicios personales.
Asimismo, descansa en paz, en la Gloria de Dios, deseos sinceros de tu hermano del alma,
Por. Julio Alfredo Peralta
