Policía Nacional
Las advertencias de la Policía de que enfrentará la criminalidad y la delincuencia y de que no permitirá noticias engañosas no intimidan ni son necesarias.
Por lo repetitivas resultan hasta cansonas. La Policía no tiene que lanzar advertencias, a menos que se trate de casos especiales, sino actuar, siempre conforme a las leyes.
Con las recurrentes advertencias la entidad se adscribe a la rutina de las instituciones que denuncian irregularidades, no se sabe con cuáles propósitos, en lugar de proceder.
A propósito de supuestas o reales falsas alarmas, el cuerpo del orden dice que da seguimiento a cuentas “reincidentes” en la difusión de noticias que no se corresponden con la realidad.
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La investigación que anunció para detectar en medios digitales la propagación de informaciones falsas, manipuladas o descontextualizadas sobre la delincuencia, es lo que tiene que hacer.
Es su misión no permitir que se genere pánico en la población con la difusión de informaciones falsas. Pero no se ve necesidad de tantas advertencias, que en ocasiones suelen interpretarse como mero bulto o la clásica amenaza con carabina vacía.
