JUAN JOSÉ AYUSO
1.- El norteamericano piloto y propietario de uno de los primeros supermercados de la capital, Lorenzo Berry (Wimpy), era el o uno de los enlaces del grupo con la embajada de Estados Unidos y conocía al detalle la conspiración que terminó por ajusticiar al tirano Rafael Trujillo el 30 de Mayo de 1961.
Su apodo, con una ese apostrofada para indicar en inglés propiedad de, era el nombre del establecimiento, en la avenida Bolívar casi frente a la avenida Pasteur.
Allí frecuentaban los complotados e intercambiaban informaciones con Wimpy o con su esposa Flérida Yabra, a quien el historiador Bernardo Vega califica de muy antitrujillista.
Esta y otras informaciones contiene Wimpy por fin habla!!, reportaje publicado por el historiador en Areito, suplemento de Hoy, el 14 de febrero pasado.
El norteamericano fue entrevistado en Miami, Florida, donde reside. Allí, el historiador haría contacto con él, como en oportunidades anteriores.
A la lista de los conjurados del 30 de Mayo habría que agregar el nombre de Berry, aunque su acción alrededor de la conspiración se daría como informante de su embajada, papel común a casi todo norteamericano que viva en el extranjero.
De parte de su esposa Flérida, la motivación habrá sido otra, dado que es dominicana como todos los conjurados políticos y del grupo de acción.
Revela Vega, de acuerdo con declaraciones que tras varios años e intentos logró de Wimpy, que el 29 o el mismo 30 de mayo se transmitió al norteamericano la información de que Washington desistía del atentado porque, junto al fracaso de Bahía de Cochinos, contribuiría a desestabilizar más la política continental. El mensaje fue transmitido por la esposa peruana de Harry Dearborn, encargado de negocios que había sustituído al embajador Joseph Farland. (Roberrt Owen ocupaba el lugar de Lear B. Reed en el escritorio de la Agencia Central de Inteligencia, CIA).
La respuesta de Wimpy, quien conocía los detalles del plan de los complotados, fue que no era posible echar atrás porque el atentado se produciría ese o al siguiente día.
Wimpys era frecuentado por varios de los conspiradores y sus esposas, quienes pretextaban compras para intercambiar de forma indirecta informaciones con la embajada norteamericana.
A través del norteamericano, la embajada entregó a los complotados tres carabinas M1, tres revólveres calibre 38 y 600 tiros en nueve peines. Las armas las guardó Thomas Stocker, otro norteamericano casado con dominicana.
Dice el reportaje de Vega que Los únicos contactos que tuvo Wimpy fueron con Cortiñas, Angel Severo Cabral, Antonio de la Maza y con Juan Bautista (Gianni) Vicini Cabral. (Cortiñas es el vicealmirante Tomás E. Cortiñas, expulsado en 1957 de las Fuerzas Armadas por un comentario que no le gustó a Trujillo).
Sin embargo, en el mismo reportaje, el historiador cuenta que en un contacto anterior, Wimpy le regaló una fotografía de Roberto Pastoriza y de Huáscar Tejeda mientras hacían compras en el supermercado. (Los dos fueron parte del grupo de acción directa que ajustició al tirano en la avenida George Wahington).