Los efectos que todavía se sufren de la tormenta Franklin obligan a redoblar las prevenciones para disminuir el impacto, aunque sea indirecto, del huracán Lee.

Franklin no solo provocó daños por más de cinco mil millones de pesos, sino que dejó muchas familias desplazadas y una alarmante epidemia de dengue, así como otras enfermedades.

Aunque el huracán Lee no toque directamente el territorio lo más sensato es mantenerse alerta, tomando todas las previsiones que sean necesarias, para minimizar los posibles efectos.

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Está comprobado que hasta el más ligero de los aguaceros suele causar inundaciones y cuantiosos daños. Alienta que desde que se anunció el huracán el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) haya tomado medidas para disminuir los posibles efectos en el país.

Entre las medidas están la colocación en alerta verde de las provincias La Altagracia, El Seibo, Hato Mayor, La Romana, María Trinidad Sánchez, Espaillat, Puerto Plata y Montecristi.

La población debe cooperar con la seguridad acatando las recomendaciones. Pero las autoridades deben estar dispuestas a actuar en los casos de que las personas no pongan de su parte.

Es sabido que muchas desgracias ocasionadas por fenómenos atmosféricos deben a la resistencia de la gente frente a las medidas preventivas. Que Lee no sea una amenaza directa para el territorio no significa que se estará fuera de cualquier percance.