La República Dominicana está en un punto muy delicado en su conflicto con Haití por el río Masacre. La ausencia de autoridades haitianas con quien sentarse a negociar es un mal invencible. Pero igualmente, en este conflicto entre ambas naciones lo que más le conviene al país es un arbitraje internacional. Y es que una corte equidistante de los dos estados garantizaría justicia.

Disiento de un diálogo a través de la OEA, pues sería prejuiciada, ya que el organismo con sede en Washington, rara vez da señales de neutralidad. Su participación sesgada es tal, que hasta en el mismo comunicado sugiriendo coversaciones RD-Haití, de inicio expresa su preferencia por el Oeste. Creo no exagerar si digo que la OEA como mediadora en el impase por el río Masacre, junto a las ONG que viven del drama haitiano, sería como «meter al zorro en el gallinero».

Pienso firmemente que el presidente Luis Abinader debe llevar el caso a una corte internacional que decida en un arbitraje. Pero antes, el mandatario dominicano debe conformar una comisión ad hoc, que elabore un diagnóstico de esta problemática.

Esa delegación estaría conformada por: el Poder Ejecutivo, el presidente del Senado, el presidente de la Cámara de Diputados, el presidente de la Academia de Ciencias, el presidente del CODIA, el presidente del Tribunal Constitucional, un representante de la UASD y uno de INTEC, un representante del INDRHI y otro del INAPA, algunas personalidades que se han referido al tema de forma científica, como lo son: Enrique de León, Luis Carvajal, Osiris de León, Geraldino González, etc.

Esa comisión tendría cuatro meses para elaborar el dictamen, el cual se presentaría en la mesa con Haití, y posteriormente, ratificado como documento científico que logre un acuerdo entre los dos pueblos en disputa.