La pandemia de la covid no fue óbice para que centenares de guatemaltecos procedentes de la zona rural tomaran las calles de la capital para exigir la renuncia del presidente Alejandro Giammattei y de la jefa del Ministerio Público, Consuelo Porras, por supuestos actos de corrupción.

La remoción del fiscal anticorrupción, Juan Francisco Sandoval, ha sido la chispa que detonó la movilización. La manifestación es expresión de la indignación que cunde en la región contra la malversación de los recursos públicos, el enriquecimiento ilícito y la impunidad de la clase política.

En Guatemala, Perú y Bolivia, entre otros, hay exgobernantes presos por peculado o por abusos de poder. La protesta contra Giammattei es una advertencia que ningún presidente de la región puede pasar por alto. Los pueblos reclaman más acción contra la corrupción al relacionarla con las principales causas de la pobreza y la desigualdad.

Durante la protesta se bloquearon al menos 19 vías, incluidas las que dan a la frontera con México y al océano Atlántico. No se trató de una simple manifestación, sino de un contundente reclamo contra el presidente Giammattei y la fiscal Porras