El panorama postelectoral en Guatemala ha comenzado a ensombrecerse con los aprestos del Gobierno para invalidar la contundente victoria del académico Bernardo Arévalo.

El fiscal Rafael Curricheche, sancionado por Estados Unidos por la supuesta elaboración de expedientes falsos contra opositores al presidente Alejandro Giammattei, no ha desistido de la investigación sobre la legitimidad del padrón de militantes del movimiento que postuló a Arévalo.

Y para más perturbación la candidata derrotada, la exprimera dama Sandra Torres, se niega a aceptar los resultados del balotaje del domingo. Arévalo obtuvo un 58% y Torres un 37.

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Los observadores de la Unión Europea han alertado contra una trama para invalidar los resultados de las votaciones, lo que colocaría a Guatemala al borde de una crisis política.

Desde que el líder del movimiento Semilla se coló en la primera vuelta comenzaron los aprestos gubernamentales para invalidar su candidatura.

Tal parece que además de felicitar al presidente electo, Estados Unidos y la comunidad internacional tienen que prepararse para evitar que en Guatemala se atente contra el sistema democrático.