El trasiego de armas de fuego parece que siempre ha sido muy buen negocio en el país. Antes se tenía la frontera con Haití como la vía más expedita para introducir al país distintos tipo de armas de manera ilegal.

Pero en los últimos tiempos, a decir por los decomisos, son los puertos marítimos y áereos. A pesar de la persecución, la operación no cesa, como se confirma con la incautación de cinco pistolas, 13 cargadores, 158 cápsulas, 40 explosivos y, por añadidura, 31,550 dólares en efectivo y porciones de marihuana.

Las armas, el dinero y la sustancia fueron decomisados, en una acción combinada de las autoridades, en un cargamento procedente de Nueva York, camuflados, según la Policía, con artículos de primera necesidad.

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Con el asunto de los artefactos se tiene que estar en alerta, porque muchos pueden terminar en poder de las pandillas que operan en Haití o de delincuentes en este país.

Además de dar cuenta de la detención de cuatro personas sobre la incautación de las armas es importante que la Policía y demás autoridades profundicen las investigaciones sobre un mercado que no se repliega por los golpes.