¿Qué Pasa? Arte Nacional Articulistas

Arropados por la sábana trivial

Arropados por la sábana trivial

Joseph Caceres

La joven violinista dominicana Rebeca Masalles, obtuvo el primer lugar en las finales para todos los Estados Unidos del concurso de música de cámara de la Music Teachers National Association (MTNA) con su cuarteto, Red Hills Quartet, en el Nugget Casino Resort en la ciudad de Reno, Nevada. Poca o ninguna atención se le puso a esa noticia. Eso “no vende”. Lo que si le interesa a la gente es el beso lésbico que se dio Tokischa con Madonna.

La violinista clásica dominicana Aisha Syed inició su nueva gira mundial Voyage World Tour por Jamaica, siguió con una presentación con la Filarmónica de Berlín, pasando luego a Doha, Katar, donde debutó acompañada de la afamada Orquesta Filarmónica de Katar; estuvo en Washington y este mes estará en la Ópera de El Cairo, en Egipto. Pero nadie habla de eso. La gran noticia, lo “trending topic” es la supuesta bofetada que sufrió Amelia Alcantara de su pareja, de lo cual se debate desde hace más de una semana en todos los medios.

La soprano dominicana Nathalie Peña-Comas está actuando en la edición número 67 del Baile de la Ópera de Viena, en el Hotel Plaza, en la ciudad de Nueva York.

Lee también: El dembow del Himno Nacional

A eso tampoco hemos visto que se le ha dado importancia en el mundo bizarro en que estamos viviendo . Toda la atención de los medios está centrada con un despliegue exagerado al conflicto doméstico y de alcoba de la comunicadora Tamara Martínez.

De nada vale o sirve destacarse en el buen arte ni ocupar un lugar preferencial en el parnaso, si al final se termina sepultado por la avalancha de trivialidades que en la actualidad es lo que consume la gente.

Es curioso como se han creado plataformas de “streaming” y aplicaciones para la transmisión de programas radiales y televisivos virtuales, para la promoción de antivalores, y que en esa tendencia veamos como se dejan arrastrar hasta medios tradicionales.

Se importantiza lo superfluo y desechable, mientras se ignora y se le da de lado a lo verdaderamente importante y apreciable en el arte. Y apena y duele observar como se está perdiendo la capacidad de resistencia ante esa vorágine.

Todo el que no está de acuerdo con las tendencias que impone el mundo digital con sus redes sociales, es un “dinosaurio”, “desfasado”, “obsoleto” y está ya viejo.

Como si el pasar del tiempo fuera una ignominia. Que Dios nos acoja confesados.

Por: Joseph Caceres

El Nacional

La Voz de Todos