El Grammy de Sergio

El Grammy Latino obtenido por la producción “Es merengue, ¿algún problema?” de Sergio Vargas como “Mejor álbum de merengue y/o bachata” representa un importante respiro para nuestra música en una época en que se discute en torno a su incidencia y preferencia por parte del público.

En los últimos años han sido varios los talleres y seminarios donde se ha discutido la alegada crisis por la cual está atravesando el merengue, en gran medida debido al hecho de que los jóvenes se han decantado por otras expresiones musicales que van más acorde con sus gustos y preferencias, sin parar mientes en torno a la calidad que se le niega al denominado género urbano.

El género musical en torno al cual más se ha discutido en los últimos tiempos ha sido el merengue, al cual más de uno le ha leído ya el panegírico y ha invitado a sus “honras fúnebres”

Pero el merengue sigue ahí, aunque dando tumbos, con algunos de sus exponentes que no saben qué hacer, dándose cacazos en las paredes.

Sergio ha encendido una luz con su premio Grammy para demostrar como Galileo Galilei que “sin embargo se mueve” después de abjurar de la visión heliocéntrica del mundo ante el tribunal de la Santa Inquisición.

Algunos dirán que el Grammy de Sergio es solo un premio. La expresión de un convencionalismo que en la práctica no representa nada para el género.

Sin embargo, sí creemos que el mismo representa un valioso reconocimiento al merengue, frente a otras expresiones musicales en boga.

Es una señal muy promisoria y a la vez una advertencia a todos los que han sucumbido a la impronta de las expresiones desechables que hoy día se articulan desde las plataformas de la llamada música urbana.

Claramente se establece que todavía hay espacio para la buena música y el buen gusto en el merengue.

Es el sendero al cual se nos llama a seguir trillando, alejado de las alharacas, la vocinglería y del vapor de las hookas.

También puedes leer: Arte nacional

Por: Joseph Caceres
josephcaceres.net