Editorial

Así es la vida

Así es la vida

Imágenes que muestran policías a caballo que arrean como si fueran vacas a miles de haitianos indocumentados en la frontera de Estados Unidos con México ha causado la indignación del secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas y de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para las Migraciones, Filippo Grandi, acusó a Estados Unidos de violar normas internacionales con la expulsión sumaria de más de 14 mil haitianos que intentaron cruzar la frontera por el paso de Del Río, en Texas.

Usar caballos y látigos para arrear hombres, mujeres y niños cansados y hambrientos no parece un acto de civilidad ni aplicación de ley y orden en circunstancias que no son de rebelión, razón por la cual el comportamiento de la policía fronteriza texana ha causado consternación a nivel mundial.

Estados Unidos dispuso deportación inmediata hacia Haití de un primer lote de migrantes, y una cantidad menor fue liberada para que se presenten ante autoridades con altas probabilidades de ser repatriados. Más de diez mil haitianos permanecen aún a merced del río Bravo.

La vicepresidenta Kamala Harris, encargada de dirigir el tema migratorio, dijo que quedó horrorizada con las imágenes de policías a caballo arreando a inmigrantes haitianos. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jennifer Psaki?, expresó también que las imágenes eran horribles.

Cuando el Tribunal Constitucional pronunció la sentencia 168-13, que estableció que los hijos nacidos en el país de padres extranjeros no son dominicanos, Washington lideró una campaña internacional contra República Dominicana, cuyas autoridades fueron acusadas de racistas, xenófobas y de crear una legión de ciudadanos apátridas.

La acción de amparo incoada por Juliana Deguis Pierret contra la Junta Central Electoral (JCE), que le negó el otorgamiento de la cédula de identidad y personal, fue paseada por casi todo el mundo como una expresión de racismo y negación de la nacionalidad dominicana por razones de color de la piel.

El Gobierno, acosado por una profusa campaña de descrédito patrocinada por grandes metrópolis, acudió a los más diversos foros internacionales a defender la legalidad de esa sentencia, su derecho a estatuir políticas migratorias y su voluntad de ejecutar un programa de regularización de estatus migratorios a indocumentados.

Hoy, Estados Unidos se convierte en motivo de censura por el trato inhumano dispensado a miles de inmigrantes haitianos, contra los cuales el presidente Joe Biden ha ordenado su deportación, lo que no ocurrió en República Dominicana. Así es la vida.

El Nacional

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