La historia, y también la vergüenza, se repiten con la absolución por supuesta falta de prueba de un hombre acusado de matar a su pareja de 351 puñaladas en San Francisco de Macorís.

El Ministerio Público había apresado y sometido a Eusebio Rosario Hernández, de 41 años, por la muerte de Carmen Paulino Gabriel, de 26 años, cuyo cadáver fue encontrado en junio en la cisterna de la vivienda que compartían. Además de las estocadas, la experticia evidenció que la mujer recibió golpes contusos en la frente y la cabeza.

De acuerdo con los jueces del Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Judicial de la provincia Duarte, no se presentaron elementos probatorios de su participación en el homicidio. Un hijo menor de edad de Rosario Hernández que había sido implicado también fue descargado por el tribunal.

El caso es otro eslabón de grandes escándalos en que los jueces han descargado a los imputados por supuesta falta de pruebas.

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El más reciente fue el proceso sobre la muerte del abogado Yuniol Ramírez en que solo se encontró a un culpable, pero los acusados por los escándalos de corrupción en la Omsa, que se asoció con el crimen, fueron descargados por falta de pruebas.

Como en los casos anteriores el Ministerio Público protestará y apelará, pero la alegada ausencia de pruebas queda como una incógnita. Los acontecimientos evidencian, a todas luces, un mal de fondo en el sistema judicial.