Al entender que República Dominicana no puede cargar por sí sola con la pesada crisis haitiana, el Banco Mundial se ha comprometido a darle una mano a este país.

Tiempo era de que pasara de decir que este país tiene razón en sus alegatos sobre los problemas haitianos a extenderle una mano, o un brazo, para enfrentarlos.

Se espera, eso sí, que la asistencia prometida por William Maloney, jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, no esté condicionada a ningún sacrificio de este país, porque entonces sería preferible que esa ayuda se entregue directamente a Haití.

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La economía mundial tiene muchos problemas y aquí mismo se han rebajado los pronósticos del crecimiento para este año. Pero dentro de todas las dificultades República Dominicana también sufre las consecuencias de la inestabilidad y la inseguridad de la vecina nación.