Por la trascendencia para la identidad de la nación dominicana, cada aniversario de la batalla del 19 de marzo de 1844, de la cual mañana se cumple el 180 aniversario, tiene que recordarse como un acontecimiento histórico.

La epopeya consagró la independencia y la soberanía que se habían proclamado el 27 de febrero de ese mismo año.

El Gobierno haitiano, que desde 1822 hasta 1844 había ocupado el territorio que es hoy República Dominicana fracasó con la expedición para tratar de frustrar los anhelos independentistas de los dominicanos.

Las tropas haitianas comandadas por el general Charles Herard, pese a que eran más numerosas y estaban mejor armadas, fueron derrotadas en Azua por las huestes dominicanas dirigidas por Antonio Duvergé y Pedro Santana.

Los dominicanos eran inferiores en armas y soldados, pero tenían la determinación de luchar contra la ocupación haitiana y de ser libres.

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El sentimiento patriótico fue el arma más poderosa con que combatieron los dominicanos, quienes estaban decididos a liberarse del yugo haitiano para trillar su propio sendero.

Un acontecimiento tan significativo, que tanto tiene que ver con la nacionalidad y la autodeterminación del pueblo dominicano, tiene que resaltarse en cada aniversario.

En la contienda los sentimientos se impusieron a la fuerza, porque los dominicanos no solo eran inferiores en número a los haitianos, sino que tampoco tenían armas.