El papa Francisco avanzó otro peldaño en la transformación de la Iglesia católica al aceptar la bendición de parejas homosexuales, aunque sin considerarlas casadas.

La decisión se corresponde con otras medidas adoptadas por el obispo de Roma desde que asumió el trono de San Pedro.

Bajo el título Fiducia Supplicans es la primera que la Doctrina de la Fe, el antiguo Santo Oficio, publica en los últimos 23 años.

Francisco ha tenido que librar una intensa batalla contra los grupos conservadores que se oponen a una Iglesia católica más al servicio de las prédicas de Jesús y las necesidades de la gente. Bendecir parejas de homosexuales era una herejía en el clero.

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La controversial decisión, que al parecer mejora su imagen, supone un cambio de postura que puede tener como fundamento el reconocimiento de que esas parejas, después de todo, son seres humanos.