Suerte que con la caída de postes del tendido eléctrico en el puente de la 17 (Francisco del Rosario Sánchez) no hubo más que interrupción del tránsito.
Al no ser el resultado de un terremoto, una fuerte tormenta o algún fenómeno atmosférico, el incidente tiene unas responsabilidades que deben establecerse.
Una explicación técnica por sí sola para dar cuenta de las posibles causas del percance es insuficiente. El suceso demanda una rigurosa investigación, pues también pudo tratarse de un sabotaje.
Las empresas que rehabilitan o dan mantenimiento a la estructura del popular puente se supone que debieron tomar todas las previsiones para evitar incidentes como los ocurridos ayer alrededor del mediodía.
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El suceso coincidió con las quejas de residentes en los alrededores de la vía sobre la supuesta lentitud de los trabajos de rehabilitación.
Que fueran cuatro postes que se desplomaron no solo aumenta la inquietud, sino que sugiere algún tipo de imprevisión que compromete las responsabilidades de las autoridades.
Vehículos y personas de las muchas que transitan por la vía sobre el río Ozama pudieron ser víctimas de la sorpresiva caída de los postes.