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Cambio y democracia

Cambio y democracia

En una entrevista reciente para el periódico español El País, el expresidente de Chile del período 2000-2006, Ricardo Lagos, comentó de manera magistral lo que para él significa gobernar para la democracia en tiempos tan desafiantes, los cuales nos tocan de cerca, por la crisis sanitaria y económica que afrontamos como nación.

Lagos dijo que, “el concepto es relativamente simple. En democracia, las definiciones gruesas las toman los ciudadanos y después se buscan los instrumentos. Una vez que esos instrumentos se están aplicando y son exitosos, van cambiando el país. Por lo tanto, cuando uno dice gobernar para la democracia, es gobernar para enfrentar los nuevos desafíos que se están enfrentando y cuando no me hago cargo de esos nuevos desafíos, se produce el desafecto”.

Agregó que, aunque el sistema político siempre será en su centro representativo, la verticalidad ha sido reemplazada por la horizontalidad de la relación gobernante-ciudadano: “No me cabe la menor duda que van a haber nuevas instituciones políticas. Siempre la democracia va a ser representativa. Esos representantes, sin embargo, van a tener que establecer algún mecanismo para aprender a escuchar de una manera más directa”.

Lo que el expresidente Lagos sostiene sobre gobernar para la democracia, es extensivo al cambio que el presidente electo Luis Abinader ha propugnado a lo largo y ancho de la República Dominicana; es lo que ha conversado y propuesto a la diáspora dominicana que vive en muchos países del mundo y desde donde aporta de manera determinante a la economía nacional. Hoy más que nunca, enfrentar los nuevos desafíos es escuchar a la ciudadanía, hacerla partícipe del proceso de toma de decisiones, y representarlos dignamente.

El virus del Covid-19 ha dejado en evidencia las prácticas viciadas de compras y contrataciones en un estado de emergencia; de la errática adquisición de pruebas de diagnóstico, de equipos de atención médica para pacientes; o del aseguramiento de la adquisición de vacunas una vez estén disponibles; y de la falta de voluntad para unir a sectores y juntos enfrentar esta pandemia. Esos vicios deben acabar; esas mañas ya son cosa del pasado.

El cambio y la democracia son apego a la ley, el retorno a una legalidad que nuestro marco jurídico y constitucional establece, y que por años ha brillado por su ausencia. A partir del 16 de agosto esto cambiará, porque con Luis Abinader como presidente, y sus ministros, servidores públicos en general, en todo el país y en el exterior, gobernaremos para la democracia, gobernaremos para el cambio.

Por: Orlando Jorge Mera

orlandojorgemera@yahoo.com

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