Opinión Editorial

Cáncer social

Cáncer social

Conmociona a la sociedad dominicana la tragedia acaecida en la madrugada de ayer en el seno de una familia del barrio Nuevo Amanecer, en Santo Domingo Este, donde un militar retirado asesinó a balazos cuando dormían a su esposa, hijo y nuera e hirió a otro vástago y se suicidó.

El día anterior, una joven de 22 años, murió a consecuencia de dos heridas de bala en Cienfuegos, de Santiago, a manos de su pareja según consta en un informe policial, y cuatro días antes otra mujer, de 28 años, fue abatida tiros presuntamente por su expareja, en Navarrete.

El 18 de marzo, un individuo mató a puñaladas a su madre, su hija e hirió a su pareja, en el sector Los Jardines, de San Francisco de Macorís, y a principios de año, un teniente de la Policía asesinó a balazos a su ex pareja, a su suegra y también hirió a otra persona en el barrio Los Robles, de La Vega. ¿Por qué tanta violencia intrafamiliar?.

El capitán retirado de la Armada Dominicana, Fabio Montero Berigüete, disparó contra cada uno de cuatro miembros de su familia cuando dormían en habitaciones separadas durante la madrugada de este lunes, lo que supone qué se trató de un crimen premeditado.

Aquí se cuentan tristes historias que arrojan diez muertes en sucesos tipificados como feminicidios o de violencia intrafamiliar, en tres de los cuales estuvieron envueltos en papel de verdugos un civil y dos oficiales que asesinaron o hirieron a varios miembros de sus familias, incluidos parejas y exparejas.

Hay quienes proponen que en el nuevo Código Penal se aumenten las penas de reclusión en los casos de feminicidios, pero también se cree que la sociedad acusa severa enfermedad que incita a la violencia intrafamiliar o de género, lo que requeriría remedio colectivo de salud mental.

Algo anda mal en el seno de la sociedad dominicana cuando en poco tiempo la colectividad se estremece con tragedias como las de los individuos que asesinan o hieren a propia madre, esposas, hijos y exparejas, a los que ultimaron a balazos o puñaladas en el seno del hogar o en plena calle.

Se requiere con urgencia que Gobierno, Estado y sociedad presten atención a la muy grave enfermedad de violencia y degradación familiar que afecta a la sociedad dominica, cuyos síntomas se expresan en asesinatos de parejas, exparejas, madres, hijos y suegras, ominosas señales que evidencian que ese cáncer social avanza muy rápidamente.

El Nacional

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