Las irregularidades que rodearon la investigación inicial sobre la muerte de la joven Paula Santana Escalante, cuyo cadáver fue encontrado en una alcantarilla en la Autopista de las Américas, en los alrededores de la empresa donde laboraba, representan un fuerte cuestionamiento para el Ministerio Público.

No solo se acusó falsamente a dos compañeros de trabajo, quienes hoy reclaman la reparación de los daños causados a su dignidad, sino que hubo que esperar más de un año para capturar al presunto homicida de la joven.

Joaquín Hidalgo Marte y Alex Cruz Díaz permanecieron 7 meses en prisión, acusados de tortura, violación sexual y asesinato antes de la fiscalía de la provincia Santo Domingo solicitar su excarcelación y el archivo del expediente por insuficiencia de pruebas.

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Para más pesar Hidalgo Marte y Cruz Díaz, además de perder su trabajo, dijeron que fueron torturados por agentes de la Policía para que admitieran su culpabilidad en la muerte de la muchacha.

Aunque no se va a investigar, la supuesta tortura que denunciaron encaja con las irregularidades que matizaron la pesquisa sobre un crimen que conmovió a la población.

Por los evidentes abusos la vida de los falsos acusados ha quedado marcada. La Procuraduría General de la República debe tomar algún tipo de decisión del bochorno que representa la investigación sobre la muerte de la joven.

Hubo que presionar e incluso designarse una comisión especial para que el horrendo crimen no quedara impune.