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Anulfo Mateo Pérez

Farmacias y caos 1 de 2

Según la Ley General de Salud número  42-01   el  proceso  de  habilitación  es  una  de  las garantías  para  asegurar  la  calidad  en  el  Sistema  Nacional  de  Salubridad, y  en muchos casos es burlada olímpicamente dejando sin protección a los pacientes en esa materia.

Es más que obvio, que en establecimientos farmacéuticos se dedican a la dispensación de medicamentos y otros artículos relacionados, burlando las disposiciones que le autoriza a operar.

Desde hace décadas ha imperado en muchas farmacias un verdadero caos en su administración y en los servicios, por lo que ponen en riesgo la salud de la población al violar la Ley que le permite operar.

En gran cantidad de casos las medidas de almacenamiento y conservación de los productos farmacéuticos son violadas, sin tener en cuenta que muchos son fotosensibles y se dañan por altas temperaturas.

En la generalidad de los casos, las farmacias carecen del personal competente en el área de almacenamiento, así como el profesional o técnico encargado de la dispensación al público que procura sus servicios.

El proceso de dispensación es el acto farmacéutico que va desde la recepción de la prescripción médica (receta) hasta la entrega de los medicamentos al paciente, lo cual está plagada de violaciones a la Ley.

Cambian las prescripciones médicas, vendiendo lo no indicado, con el pretexto “de que es lo mismo”, muchas veces estimulados por los incentivos de laboratorios que no garantizan la calidad de sus productos.

El caos llega a tal punto, dispensan medicamentos variando los miligramos de las moléculas indicadas, lo que ha llevado a las emergencias de los centros de salud al paciente que se ha sobre medicado o infra medicado.